Sistemática de mamíferos

Definición de mamífero:

Los mamíferos (Mammalia) son una clase de vertebrados caracterizados por la presencia de glándulas sudoríparas, pelo y/o piel y tres huesos en el oído medio (martillo, yunque y estribo) utilizados para la audición, excepto en monotremas que presentan un oído reptiliano. Tanto el martillo como el yunque derivan de huesos presentes en la mandíbula inferior de los ancestros de los mamíferos.

La mandíbula está conformada sólo por el hueso dentario, rasgo único y exclusivo de todos los mamíferos, constituyendo la principal característica diagnóstica para el grupo.

La articulación de la mandíbula con el cráneo se efectúa entre el dentario y el escamosal, característica también única y exclusiva de los mamíferos.

El pelo tiene varias funciones que incluyen: el aislamiento, formar patrones de color y favorecer el sentido del tacto. En mayor o menor medida aparece a lo largo de la vida aunque solo sea en la etapa embrionaria.

El cerebro de los mamíferos regula el sistema endotérmico (homeotermos) y circulatorio, incluyendo un corazón con cuatro cámaras. Además la mayoría presenta dientes especializados.

Las hembras producen leche en glándulas mamarias para alimentar a las crías de modo que invierten una gran cantidad de energía para el cuidado de éstas, una situación que influye en muchos aspectos de la evolución de los mamíferos, la ecología y su comportamiento.

Filogenéticamente, Mammalia se define como un grupo monofilético en el que todos descienden de un antepasado común de modo que algunos grupos extintos de "mamíferos" no son miembros del grupo Mammalia, aunque la mayoría de ellos tienen todas las características propias de los mamíferos. Actualmente estos "mamíferos" se ubican en el clado Mammaliaformes.
Evolutivamente la línea de origen de los mamíferos se separó al final del período Carbonífero de modo que una línea de amniotas daría lugar a los reptiles, mientras que la otra daría lugar a los sinápsidos. Según la cladística, los mamíferos son un sub-grupo de sinápsidos.

Los primeros mamíferos aparecieron en los periodos Pérmico y Triásico. Tras el éxito alcanzado en esta época fueron prácticamente suplantados durante el Jurásico y el Cretácico por los reptiles diápsidos (dinosaurios, pterosaurios, cocodrilos, plesiosaurios, ictiosaurios) Finalmente tras la gran extinción de los dinosaurios, los mamíferos alcanzan de nuevo un papel dominante y presentan una gran diversificación durante el Paleoceno y Eoceno.

Los mamíferos se dividen en tres grupos taxonómicos principales en función de cómo nacen. Estos grupos son: monotremas, marsupiales y placentarios. A excepción de los ordenes Monotremata (Familias Ornithorhynchidae y Tachyglossidae (Equidnas) que ponen huevos, todas las especies de mamíferos dan a luz a crías vivas. Además los placentarios, el grupo más grande de los mamíferos, utiliza la placenta durante la gestación.

La clase Mammalia se divide en dos subclases: Prototheria, que incluye el orden Monotremata, y Theria, que incluye los placentarios y marsupiales vivíparos. La mayoría de los mamíferos, incluidos los seis órdenes principales, pertenecen al grupo de los placentarios. Los ordenes incluidos son Rodentia (ratones, ratas, erizos, conejos, castores, capibaras, y otros mamíferos roedores), Chiroptera (murciélagos), Soricomorpha (musarañas, topos y solenodontes), Carnívora (perros, gatos, comadrejas, osos, focas, y sus familiares), Cetartiodactyla (ungulados, ballenas y los primates). El tamaño relativo de estos últimos tres órdenes difiere según el sistema de clasificación y las definiciones utilizadas por diversos autores.


Adaptaciones de los mamíferos:

Los mamíferos han evolucionado para explotar una gran variedad de nichos ecológicos, desarrollando numerosas adaptaciones. Esto ha dado lugar a multitud de diferencias anatómicas, fisiológicas y de comportamiento que les permiten adaptarse eficientemente a diversas funciones y estilos de vida.

La gran adaptabilidad de los individuos que integran la clase mamíferos los ha llevado a habitar todos los ecosistemas del planeta convirtiéndose así en uno de los grupos dominantes de la Tierra.

En muchos casos, especies muy distanciadas entre sí geográfica y filogenéticamente han adoptado estructuras morfológicas, funciones fisiológicas y aptitudes de comportamiento similares. A este fenómeno se le conoce como evolución convergente.

Adaptaciones:

1. Respiración pulmonar:
En muchos casos, con la adaptación al medio terrestre, los mamíferos abandonaron la respiración cutánea de los anfibios y perfeccionaron la respiración pulmonar de los reptiles, generándose un sistema respiratorio eficiente y adaptado a los requerimientos de este tipo de hábitats.
Este aparato respiratorio presenta estructuras alveolares que permiten oxigenar muy bien la sangre, lo que les ha permitido ser homeotermos. Además en el caso de los mamíferos acuáticos les permite permanecer sumergidos durante largos periodos de tiempo ya que la superficie de oxigenación de la sangre (hematosis) es superior a la de otros animales.

2. Reproducción vivípara:
Como consecuencia de abandonar el agua, los mamíferos presentan fecundación interna, de modo que los zigotos se implantan y desarrollan en el útero. La placenta proporciona alimento y oxigeno al embrión posibilitando además la excreción de las sustancias de desecho. Por su parte, el amnios contiene el líquido amniótico, protegiendo al feto de los golpes externos, entre otras funciones.
Estas adaptaciones permiten que las crías se desarrollen en el interior de la hembra protegiéndolas así del medio externo. Además el hecho de que las hembras proporcionen alimento a las crías (leche), permitió mayor libertad de movimiento y con ello una mayor capacidad de supervivencia.

3. Pelaje:
Vivir en la tierra implica estar más sujeto a variaciones térmicas de modo que los mamíferos desarrollaron el pelaje para protegerse de las inclemencias del tiempo así como para ayudar a mantener la temperatura interna pudiendo soportar de este modo tanto el frío como el calor.
En muchos mamíferos además del pelo aparece una densa capa de tejido graso bajo la piel que les proporciona protección térmica adicional.

4. Capacidad homeotérmica:
Los mamíferos presentan distintos mecanismos para mantener su temperatura dentro de unos límites determinados independientemente de la temperatura exterior. Para ello consumen una gran cantidad de energía aumentando la tasa metabólica para producir calor (de ahí la importancia del sistema respiratorio) y descienden la tasa metabólica cuando el ambiente es cálido.
Gracias al autoabastecimiento de calor, algunos homeotermos pueden sobrevivir en condiciones de frío muy adversas y cuando la temperatura ambiente es elevada, el mecanismo de termorregulación de los homeotermos baja para ahorrar energía.
Además existen otras adaptaciones relacionadas con los ambientes extremos como glándulas sudoríparas especiales, estructuras renales más eficaces, hibernación y estivación (también relacionadas con la disponibilidad de alimentos)

5. Visión:
Muchos mamíferos presentan una visión apta para bajos índices de luminosidad, lo cual es importante a la hora de desarrollar actividades nocturnas así como conquistar nuevos nichos ecológicos.
Además de la visión se desarrollan otros órganos sensoriales como el oído y el olfato que les permiten una mejor adaptación a estos hábitats.

6. Adaptaciones del esqueleto:
El cráneo pierde masa, mantiene resistencia y simplifica estructuras a la vez que permite el desarrollo y efectividad muscular.
Se forma un paladar secundario, se modifica el oído medio y se produce una especialización de las piezas dentales. La mandíbula se constituye a partir de un único hueso (el dentario)
Las extremidades dejan de articularse a ambos lados del tronco para hacerlo por debajo, aumentando la movilidad.

7. Perfeccionamiento fisiológico:
La conquista de nuevos hábitats o nichos ecológicos requirió un aumento en la eficacia fisiológica de los mamíferos, por lo que se perfeccionaron el sistema nervioso, aparato circulatorio, respiratorio, y digestivo, de modo que además de adaptarse al medio consiguieron un mayor aprovechamiento de los recursos.


Clasificaciones clásicas:

Existe un número elevado de especies animales que actualmente existen y que están ya extintas. Debido a esta gran diversidad, es necesario ordenarlos de alguna manera para poder conocerlos y estudiarlos mejor.

La primera clase de ordenación de los distintos grupos de animales fue en forma de diccionario. En estos diccionarios aparecían los nombres de las especies ordenados de forma alfabética seguidos de algunas características. Esta forma de ordenar nos daba una idea en conjunto pero no los agrupaba en distintos grupos según su similitud.

Los primeros naturalistas empezaron a agrupar las distintas especies en función de un carácter morfológico, como el color, la talla, etc. y empezaron a distribuirlos en grupos de valor jerárquico distinto llamados clase, tipos, tribus, familias, géneros, etc.

La primera clasificación fue realizada por Aristóteles, que dividía el reino animal en los siguientes nueve grupos: hombres, cuadrúpedos (animales de 4 patas que incluía a los mamíferos, tortugas y lagartos), pájaros, peces, serpientes, moluscos, testáceos, crustáceos e insectos. A su vez los cuadrúpedos se dividían en 2 órdenes: vivíparos (mamíferos) y los ovíparos (tortugas y lagartos). Esta clasificación como algunas de las posteriores utilizaba solamente un par de caracteres morfológicos para agrupar a las distintas especies. Esto hacia que las clasificaciones fueran muy artificiales, ya que al agrupar basándose en un solo carácter, se juntaban especies muy heterogéneas.

Las clasificaciones no sufrieron ninguna modificación hasta la aparición de los trabajos de Linneo, que introdujo, por primera vez, la denominación de mamíferos para los cuadrúpedos vivíparos y cetáceos de Aristóteles. Reunió en un mismo grupo (bajo el nombre de anfibios) a las tortugas, a los lagartos, a las serpientes y batracios. El cuarto grupo lo formaban los peces, el quinto los insectos y el sexto los gusanos.

A finales del siglo pasado, Lamarck introdujo la división de los animales en vertebrados e invertebrados. Entran en la primera división, los mamíferos, los pájaros, los lagartos, las tortugas, las serpientes, los batracios y los peces. Todos los demás animales forman parte de la división de los invertebrados.

Poco tiempo después Cuvier clasificó a los vertebrados en cuatro grandes clases: los mamíferos, los pájaros, los reptiles y los peces. Los mamíferos, los pájaros y los peces forman tres grandes divisiones perfectamente naturales; pero no sucede lo mismo con los reptiles, que en la clasificación de Cuvier comprenden también a los batracios. Cuvier clasificaba los mamíferos en los siguientes grupos:




Esta clasificación puede considerarse la primera clasificación verdaderamente científica de los mamíferos, e hizo dar un paso gigantesco a la historia natural, siendo universalmente aceptado. Aunque la clasificación no es tan natural como se esperaba.

Existe otra clasificación, la mamalógica de Owen, basada sobre el número y la complicación de los pliegues cerebrales, según la cual divide a los mamíferos en cuatro grandes grupos: los liencéfalos, los lisencéfalos, los girencéfalos y los arcancéfalos.

De los naturalistas posteriores a Cuvier, Blainville fue quien introdujo mayores innovaciones en la clasificación, debido a la introducción de las tres divisiones fundamentales de los mamíferos en monodelfos, didelfas y ornitodelfas. Los monodelfos son mamíferos que pasan toda la vida embrionaria en el vientre de la madre, son los placentarios actuales. Este grupo comprende el hombre, los monos, los carnívoros de Cuvier, los desdentados, los roedores, los cetáceos de Cuvier, los paquidermos del mismo naturalista y los rumiantes. Los didelfos son mamíferos marsupiales. Entran en esta división los canguros y casi todos los demás mamíferos australianos y las sarigas americanas. En los ornitodelfos el feto no tiene placenta y tiene una gestación aún más incompleta que la de los didelfos, en parte externa, como la de estos últimos, y con la particularidad de tener una cloaca. El aquidna y el ornitorinco son los dos únicos géneros existentes que comprende este grupo.

Todos los naturalistas contemporáneos, o cuando menos su máxima parte, aceptan las divisiones fundamentales de monodelfos, didelfos y ornitodelfos, dividiéndolos en cierto número de grandes grupos, generalmente colocados en el orden siguiente:




Hay, sin embargo, algunas excepciones. Unos reúnen al hombre y los monos en un solo orden bajo el nombre de primates, separando los lemúridos, con los cuales forman otro orden. Otros que separan los perisodáctilos en paquidermos comunes y solípedos, y los artiodáctilos en suídeos y rumiantes. Otros que, al contrario, reúnen los suídeos y los paquidermos. Los hay que reúnen las focas a los carniceros, que separan las liebres de los demás roedores para constituir un orden distinto, etc. No hay ningún naturalista de mediana importancia que no quiera reunir o subdividir algunos grupos, con razones más o menos plausibles, pero siempre sujetas a principios poco fijos y que no obedecen a ningún plan, método o sistema general.


Clasificaciones moleculares de mamíferos: nuevas perspectivas:

Los avances en la secuenciación de DNA suponen una gran oportunidad para examinar secuencias génicas cada vez mayores y de mayor número de taxones por lo que existe un mayor potencial para responder a diferentes cuestiones que la filogenia descrita hasta el momento no ha sido capaz de responder.

Sin embargo, existen una serie de limitaciones que no hacen de estas clasificaciones moleculares perfectas, como son el tamaño de secuencia, la cantidad de datos que son necesarios y por tanto la posibilidad de error en su análisis es elevada o bien el número de caracteres que se pueden emplear es muy elevado. Por tanto, en muchas ocasiones se emplean las técnicas moleculares para sustentar otras basadas en otro tipo de caracteres morfológicos o evidencias históricas. Tambien pueden ser empleadas como eslabón de unas serie de datos que conjuntamente se emplean para la creación de una nueva filogenia.

Con respecto a que las relaciones de nivel superior de mamíferos placentarios no está del todo resuelta ni por razones biogeográficas ni por diversificación mofológica, han surgido una serie de hipótesis desarrolladas para modificar las relaciones supraordinales de los diferentes grupos. Por ejemplo, una de ellas, establece las relaciones de los distintos supraórdenes de mamíferos placentarios o también denominados como euterios, basándose en evidencias moleculares y siendo sustentada por la distribución de los dos supercontinentes, Laurasia (Asia, Europa y Norteamérica en la actualidad) y Gondwana (las actuales África y Sudamérica) de forma que los mamíferos Laurasiterios se habrían distribuido en Laurasia y los Xenartros y Afroterios habrían constituido radiaciones en Gondwana.

Dicha hipótesis cobró mayor fuerza cuando en el año 2001 se publicaron dos estudios prácticamente simultáneos. El primero de ellos, (Madsen et al., Nature, (2001)), se alinearon secuencias homólogas de DNA de 5.708 y 2.947 pares de bases de longitud de organismos representativos de todos los órdenes de mamíferos. En este estudio se trabajó con secuencias de DNA mitocondrial de los genes de ARN y 3 genes nucleares (A2AB, IRBP, FvW) de 26 taxones de placentarios respresentantes de todos los órdenes de euterios y dos exogrupos de marsupiales. En el caso del gen IRBP los organismos seleccionados pertenecientes a las familias Chrysochloridae y Tenrecidae, no están representadas. Así mismo, en este estudio se secuenció de forma paralela aproximadamente 3 kb del exón 11 y gen de susceptibilidad de cáncer de ovario 1(BRCA1) de 33 taxones y se combinaron con 19 secuencias extraídas de GeneBank, las secuencias se corresponden con todos los órdenes de euterios y también un grupo externo marsupial. Los árboles filogenéticos inferidos se realizaron a través de métodos de máxima verosimilitud.

En el segundo de los estudios se trabajó con 18 segmentos génicos homólogos de una longitud total de casi 10.000 pares de bases, obtenidos de 64 especies representativas de todos los órdenes de placentarios.

De las conclusiones de ambos estudios resultó una distribución de los mamíferos placentados en 4 grupos diferentes:

• Los Afroterios : Proboscídeos (elefantes), Sirénidos, Hiracoideos, Tenrecs (pequeños insectívoros terrestres), Tubulidentados (osos hormigueros) y Macroscelídeos (musarañas elefantes).

• Los Laurasiaterios : Carnívoros, Cetartiodáctilos(Artiodactilos y ballenas, agrupoación que será mencionada más adelante), Perisodáctilos, Quirópteros, Folidotos (pangolines) y Eulipotiflos.

• Los Xenartros o “ desdentados”: Mimecofágidos (osos hormigueros americanos), armadillos y perezosos.

• Los Euarconta y Glires o también denominados Euarchontoglires: Primates, Scandentia(tupaias), Dermópteros (lemures voladores) y Glires (Roedores y Lagomorfos).

Así mismo la composición de alguno de estos 4 grupos también se apoya en caracteres moleculares. Es el caso de Afroterios, en los que una supresión de 9 pares de bases del gen BRCA1, mientras que tres especies de marsupiales, carecen de dicha supresión. Sería por tanto, considerada como una sinapomorfía que serviría como señal de diversificación.

Estudios posteriores indican que Laurasiaterios y Euarchontoglires deben ser reunidos bajo un mismo grupo Boreutherios, resultando así 3 grupos cuya raíz no estaría resuelta. La mayoría de los análisis moleculares que se han llevado a cabo, señalan que el origen se encontraría en los Afroterios pero existen otras hipótesis que sitúan dicha raíz entre dos grupos: Boreutherios y Atlantogenata (grupo formado por la fución de Xenartros y Afroterios).

Han sido muchos los estudios llevados a cabo para determinar las relaciones filogenéticas de estos mamíferos. En 2006, se secuenciaron secuencias génicas y se encontraron 2 trasposones compartidos por los Afroterios y Boreutherios, dicho carácter molecular no estaba presente en Xenartros ni en el exogrupo estudiado. Sin embargo otro estudio en 2007, situaba la raíz de placentarios entre Afroterios y Exafroplacentalia (surgido de la unión de Boreutherios y Xenartros en un mismo grupo), conclusión que fue obtenida tras la secuenciación y comparación de secuencias que en el caso de los humanos únicamente se presentan en el 1% de la población.

Una de las últimas investigaciones, (Arjun B. Prasad (2008)), llevadas a cabo para resolver esta cuestión, empleó como carácter molecular regiones del gen CFTR en 41 mamíferos y 3 grupos externos (2 de aves y 1 de peces). Las secuencias fueron fraccionadas y analizadas mediante máxima verosimilitud, máxima parsimonia y Neighbor-Joining. Los resultados de este estudio, apoyaban la idea de que el origen de estos mamíferos se encuentra entre Atlantogenata y Boreutherios.

La cantidad de estudios llevados a cabo, basados en técnicas moleculares es cada vez mayor, muchos de ellos no se pueden considerar relevantes y muchas de las hipótesis obtenidas a partir de ellos son rebatidas por investigaciones paralelas o posteriores, esto ocurre porque en este caso, de las técnicas moleculares, para establecer filogenias de mamíferos en concreto, existen infinidad de caracteres válidos posibles.

Hasta el día de hoy, el empleo de morfología y biogeografía ha servido para la resolución de 18 de los órdenes de mamíferos y es posible que con el desarrollo de más investigaciones moleculares, se llegue a la resolución de aquellas cuestiones acerca de la filogenia de mamíferos que aún están por resolver o corregir.


Controversia actual:

Para que podamos comprender las controversias actuales existentes alrededor de la filogenia (en este caso de mamíferos), primero debemos explicar todo aquello que pueda llegar a ser útil a la hora de resolver las dudas que puedan llegar a surgir.

Cuando hablamos de mamíferos y de su filogenia el principal error que solemos cometer, es creer aquella vieja idea totalmente errada de libro de texto según la cual los mamíferos se diversificaron rápidamente después de la gran extinción de los dinosaurios, que se cree que fue causada por el impacto de un asteroideo, un meteorito contra la tierra hace 65 millones de años (un punto histórico registrado en las rocas y conocido por los geólogos como el limite K-T), este teoría es conocida con el nombre de “Evolución explosiva”.

La creencia actual mantiene que los mamíferos con placenta ya se habían dividido en subgrupos hace 93 millones de años, mucho antes del impacto y en una época en la que los dinosaurios dominaban el planeta. Después del origen de estos subgrupos, u órdenes, la tasa de evolución de los mamíferos cayó y siguió bajando hasta el periodo eoceno, hace 55 millones de años. El inicio del eoceno estuvo marcado por un rápido calentamiento global y una explosión el los linajes de los mamíferos. Aun así la idea de que los restos fósiles de los mamíferos del cretácico son los ancestros de los mamíferos actuales, es un asunto que genera una gran controversia.

De esta manera, concluye la revista Nature (en un estudio publicado en la misma), que la extinción de los dinosaurios hace 65 millones de años tuvo poca influencia en la evolución de los mamíferos.

Existen diferentes creencias a la hora de clasificar a la clase mamailia estas propuestas varían debido a los descubrimientos paleontológico llevando a la creación de nuevos clados, surgiendo distintas propuestas en la creación de el árbol filogenético.

Propuesta 1. McKenna-Bell (1997).
---o MAMMALIA Linnaeus, 1758 -- Prototheria Gill, 1872 `-o Theriiformes Rowe, 1988 -- Allotheria Marsh, 1880 (†) -- Triconodonta Osborn, 1988 (†) `-- Holotheria Wible & al., 1995

Propuesta 2. Wang-Hu-Meng-Li (2001).
---o MAMMALIA Linnaeus, 1758 -- Gondwanatheria Mones, 1987 -- Triconodonta Osborn, 1988 (†) -+-- Prototheria Gill, 1872 `-- Allotheria Marsh, 1880 (†) `-- Holotheria Wible & al., 1995

Propuesta 3. Kielan-Jaworowska-Cifelli-Luo (2004).
---o MAMMALIA Linnaeus, 1758 -o Yinotheria Chow & Rich, 1982 -- Shuotherida Chow & Rich, 1982 (†) `-- Australosphenida Luo & al., 2001 -- Volaticotheria Meng & al., 2006 (†) `-o Theriimorpha Rowe, 1993 -- Triconodonta Osborn, 1988 (†) `--o Theriiformes Rowe, 1988 -- Allotheria Marsh, 1880 (†) `-- Holotheria Wible & al., 1995


Por otra parte, los cada día mas numerosos avances en genética molecular precisan, con mayor exactitud, la distancia filogenética de las especies, con una clara tendencia a la aparición de grupos mono filéticos de menos rango.

La filogenia de los propios mamíferos es bien conocida gracias al abundante registro fósil existente, pero esto no impide la existencia de distintas clasificaciones siendo la más actual la clasificación de Wilson y Reeder, en el año 2005. La publicación de la tercera edición de la obra "Mammal Species of the World. A Taxonomic and Geographic Reference" es una referencia básica para catalogar las especies mamíferas vivas o recientemente extinguidas, con referencias a su historia taxonómica y distribución geográfica.

La clasificación más antigua conocida data del 1945 y fue publicada por George Gaylord Simpson, fuente de muchos trabajos que en este campo se publicaron a mitad del siglo XX. No obstante los estudios paleontológicos y biomoleculares acontecidos con posterioridad a ella han convertido en obsoletos muchos de los términos en ella tratados.

La siguiente clasificación fue la creada por McKenna y Bell en 1997, posteriormente en el año 2000 aparece la denominada como “Systema Naturae 2000”. Existen otras clasificaciones, pero estas ya son de menor importancia.

Aunque la clasificación mas aceptada de los grandes grupos de mamíferos es la tradicional, que apoya la teoría de la proximidad entre los mamíferos placentarios y los marsupiales, existen recientes estudios basados en la secuencia molecular del ADN de distintas especies de mamíferos, que sugieren que los monotremas y los marsupiales puedan estar mas próximos entre ellos, formando un macro-grupo que divergió de los placentarios hace aproximadamente 130 millones de años.


Actualmente ha sido descubierto un cráneo fosilizado de una nueva especie de mamífero en Mongolia, que llevo a varios investigadores a analizar la evolución de los mamíferos desde el cretácico y los mamíferos placentarios modernos. Este resto fósil ha apoyado la teoría de la existencia anterior de los mamíferos antes del limite K-T. Obligando a los paleontólogos a admitir la anulación de todos los pruebas fósiles hasta ahora, si de repente se encontrara una vaca, un ciervo o un animal parecido al lobo antes del limite K-T, los paleontólogos tendrían que empezar a replantearse la mayor parte de sus hipótesis, que siguen buscando estos restos fósiles muy duramente sin resultado alguna ya sea porque estos no existen o simplemente porque todavía no han aparecido. Otro problema de los paleontólogos es la int6erpretacion de los datos, ya que entre ellos no consiguen ponerse de acuerdo a la hora de su interpretación.

Una última limitación de los restos fósiles es sin duda la estimación o datación de los restos fósiles ya que la calibración de los registros fósiles es casi sin excepción una subestimación.

Los científicos que estudian las especies extintas confían cada vez mas en el ADN para saber mas acerca de las dinámica geográfica y los `procesos de extinción y colonización. El análisis de ADN se utiliza en gran variedad de campos científicos y la paleontología no es una excepción.

Una vez vistos todos estos datos parece que no existe posible discusión a la hora de establecer una clasificación filogenética de mamíferos, no obstante, nada mas lejos de la realidad ya que todavía existen grandes científicos que a la hora de crear un árbol filogenético le dan mucho mas peso a los registros fósiles encontrados que a lo que reflejan los estudios moleculares, se niegan a creer que la ciencia deba evolucionar y crecer ya que si no dejaría de ser precisamente eso “ciencia”.


Diversidad:

Hay aproximadamente 5.400 especies de mamíferos, de las cuales la mayoría se incluyen dentro de los placentarios, seguidas de los marsupiales y monotremas que se encuentran en menor proporción. Están distribuidos en unos 1.200 géneros, 153 familias y 29 órdenes (aunque esto varía según el esquema de clasificación).

Los mamíferos ocupan la mayor parte de los hábitats de la tierra, desde pocos metros cuadrados hasta millones de kilómetros cuadrados; lo que ha dado lugar a multitud de diferencias e incluso similitudes anatómicas, fisiológicas y de comportamiento, convirtiéndolos en uno de los grupos más dominante sobre la Tierra. Dado que el patrón de riqueza de especies es similar a la encontrada para las aves y anfibios se podría decir que la diversidad puede verse influida por la energía disponible y la complejidad topográfica.

La mayor riqueza de especies terrestres, incluyendo las especies voladoras y de agua dulce, se concentran en torno a las regiones tropicales de todo el mundo, entre las que destacan América del Sur, especialmente tierras bajas amazónicas, los Andes, África oriental (Rift Albertino), sudeste de Asia, donde abundan mayormente en la parte suroeste de China, la península de Malasia y Borneo.

En cambio los animales marinos además de concentrarse en zonas tropicales y templadas, se localizan en el mar de Tasmania, el Caribe, al este de Japón, Nueva Zelanda, América Central y en el sur del Océano Índico. La mayor riqueza de especies marinas se localiza en torno al Ecuador; pero cabe destacar que aunque en el Océano Atlántico Norte haya baja riqueza, existe alta productividad. Esta baja riqueza es debida a la explotación humana que ha llevado a la extinción de ciertas especies como la ballena gris, como también ocurrió en el Caribe y en Australia. Tanto las especies terrestres como las marinas están relacionadas con la productividad primaria.


Conservación:

La conservación se basa en el mantenimiento de especies emblemáticas, excluyendo el aprovechamiento de los recursos naturales por el hombre, que desfavorece a la biodiversidad y por tanto tratar de preservar los puntos calientes que presentan una riqueza mayor de especies.

Existe una lista de los 100 mamíferos que se encuentran en peligro de extinción, usando criterios filogenéticos basados en el programa EDGE of existance.

La Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) publicaba recientemente un informe en el que se revisa por primera vez el estado de conservación de todos los mamíferos salvajes en la Unión Europea (UE). Dicha evaluación de los mamíferos a nivel mundial muestra que el 38% de las 44837 especies evaluadas se encuentran en peligro de extinción y al menos 76 especies se han extinguido desde el año 1500. Dichos estudios muestran que la mayor parte de las especies amenazadas corresponden a los mamíferos marinos (22% frente a 14%); pero no todo son malas noticias puesto que el 5% de las especies amenazadas pueden recuperarse y debemos luchar día a día para que este porcentaje siga aumentando.

Entre los más amenazados se encuentran el lince ibérico y la foca del mar Caspio que redujo enormemente su población debido a la caza indiscriminada y a la destrucción de su hábitat.

La principal amenaza para los mamíferos es la pérdida y degradación de su hábitat, la actividad humana, la contaminación, los accidentes mortales (ocasionados en gran parte por venenos o colisiones con vehículos), la sobreexplotación, las especies invasoras, el cambio climático, etc.